Si bien es cierto que pueblos indígenas y afrodescendientes constituyen dos colectivos con sus propias especificidades históricas y sociopolíticas, poseen denominadores comunes, que empiezan por la discriminación estructural que los afecta y que se expresa en mayores niveles de exclusión y pobreza, y va hasta cuestiones relativas a su inclusión y visibilidad en los sistemas estadísticos nacionales.
El creciente interés por los asuntos indígenas y afrodescendientes responde a un nuevo escenario sociopolítico en el cual ambos grupos se han constituido en actores activos para avanzar en el reconocimiento y el respeto a sus derechos. En la actualidad, existen estándares mínimos de derechos que generan nuevas obligaciones estatales e importantes desafíos en materia de políticas. En este marco, la generación de conocimiento e información resulta clave, no sólo para el diseño y evaluación de políticas, sino como una herramienta necesaria para que los pueblos indígenas y afrodescendientes ejerzan control sobre las acciones que los Estados emprenden y que les afectan. En la región, y en el caso de estos grupos en particular, las investigaciones acerca de los procesos sociales y demográficos y sus interrelaciones son aún insuficientes y fragmentarias, al tiempo que se constata una creciente demanda al respecto.